Arts
La revista Algarabía, en sus inicios, fue esa unión de voces al unísono, el espacio de la reflexión y las letras; sin embargo, terminó siendo un producto editorial más, hecho para el consumo y difusor de las ideas y valores de un grupo familiar que la constituyó como un negocio, lo cual no es malo ni un desacierto, lo terrible es creerse difusores culturales: de ¿cuál cultura y qué valores? No se trata de “a río revuelto... o del árbol caído...”. No, de ninguna manera.