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Hacerse mala sangre. Cuando te enojas, aumenta tu frecuencia cardíaca, la tensión arterial, la producción de testosterona se dispara, y disminuyen los niveles de cortisol (hormona del estrés) en el organismo. Pero, ¿qué sabes cuanto tiempo dura los efectos de tus enojos? El enojo nace bajo la creencia de que algo no es justo, que se ha cometido una injusticia o que algo debería ser distinto a como es. y esto es una concepción arraigada a un juicio y este es hijo de una opinión. no hay nada de malo en opinar, el tema es no creerse tan seguros en la percepción que se esta teniendo. Darse la posibilidad de repensarse, es reflexionar, volver la mirada sobre si mismo y atenderse. aquí unos puntos... 6 consejos para manejar la ira y proteger tu salud 1. Tómate un tiempo para pensar lo que vas a decir. Si estás en una situación tensa, busca las palabras adecuadas para no generar un conflicto mayor y no pasar a llevar a otros. 2. Sé empático y no juzgues antes de tiempo. Si alguien no llegó a tiempo a una reunión o cometió un error, pueden haber razones de peso que lo justifiquen. No te dejes llevar por la ira anticipadamente. 3. Recurre al humor para disminuir la tensión. Antes de gritar a otros, aprende a reírte de las situaciones complejas sin ironía ni sarcasmo. Con respeto, puedes ayudar a distender un ambiente de conflicto y así evitar caer en el enojo. 4. Practica un deporte regularmente. Trota, anda en bicicleta o al menos, da una pequeña caminata diariamente. Esto ayuda a liberar las tensiones y a tener una actitud más positiva. 5. Atrévete a probar terapias o técnicas de relajación. Practica deportes o aprende técnicas de relajación que ayuden al equilibrio mental y entreguen herramientas para enfrentar de mejor forma las situaciones de estrés. 6. Perdona y no guardes rencores. Si vives una situación difícil con una persona en particular, intenta resolverlo y no guardar rencores que puedan aflorar en el futuro. Aprende a dimensionar los problemas y no darles mayor valor del que merecen. El enojo es una reacción normal y defensiva del ser humano, que no permite ver con claridad la realidad del problema, lo que impide que se pueda solucionar. Sin embargo, hay ciertas técnicas que pueden ayudar a controlar de mejor forma las emociones y a enfrentar los momentos difíciles con más calma.