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Muchísima gente viven para complacer a los demás, en busca de prestigio y complacer a todo el mundo. Este era yo hasta hace no mucho. Mostrando una vida de ensueño (al menos desde mi punto de vista) la cual no me permitía sentir emociones "tóxicas", lleno de felicidad por cosas externas pero con un vacío interior enorme, cuando ya no estaban. Felicidad por las cosas, por las personas y por las experiencias. Lo de dentro daba igual. Una vez descubrí que la felicidad interior es muchísimo más importante que la exterior, traté de arreglar mi sistema emocional. Leyendo muchísimo sobre el tema y asegurándome de aplicar el desapego a todo a lo que era independiente. Este año y estos días en particular me están sirviendo para conectar conmigo, y volver a ser coherente conmigo, y mis emociones y cultivar mi felicidad interior para tener una vida feliz en la vida real, no sólo en las redes sociales.